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Goethe / Georg Simmel

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Es común que un libro que lleva por título el nombre de un artista famoso sea catalogado en el género biográfico. Si el autor busca la lección pedagógica o el simple renombre abundará en datos nimios, se detendrá en gestos escabrosos, en las intrigas y comidillas que alimentan toda vida; su lector, entre chusma y fisgón, confiará que puede mejorar su persona deteniéndose o entrometiéndose en las vidas de otros (Goethe llama a este tipo de lector “diletante”; Nietzsche, sesenta años más tarde, filisteo). Si el autor es inteligente o pertenece a esa casta insólita de investigadores serios practicará 
cruces fecundos entre la vida y la obra del artista, y en todo caso el libro redundará en interpretaciones perspicaces respaldadas en los datos biográficos; su lector puede catalogarse como un ilustrado. Si, por último, es un pensador el que escribe, no sólo la vida y la obra estudiadas ya no se diferenciarán, y por ende no necesitarán de ninguna elaboración que las entrecruce en una unidad superior; entre el biografiado y el biógrafo se entablará un diálogo que desbordará los límites del libro y terminará convocando al lector a participar en la construcción de un sentido. En lugar de 
una biografía nos encontraremos con un manual de pensamiento o una máquina que da a pensar. 

 

Georg Simmel nació en Berlín en 1858 y murió en Estrasburgo, Francia, en 1918. Filósofo y sociólogo alemán, fue representante del neokantismo relativista y enseñó filosofía en las universidades de Berlín (1885-1914) y Estrasburgo (1914-1918). Quiso resolver las contradicciones a las que conducía el formalismo del “a priori” kantiano. También se empleó en deducir tipos morales (“Introducción a la ciencia de la moral”, 1892) y clasificar los sentimientos y las ideas que determinan la reconstrucción histórica (“Problemas de la filosofía de la historia”, 1892). Por otra parte, contribuyó decisivamente a la consolidación de la sociología como ciencia en Alemania (“Sociología”, 1908) y trazó las líneas maestras de una metodología sociológica, aislando las formas generales y recurrentes de la interacción social a escala política, económica y estética. Prestó especial atención al problema de la autoridad y la obediencia en su “Filosofía del dinero” (1900) y diagnosticó la especialización y despersonalización de las relaciones sociales en el contexto de una economía monetarista.