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El problema religioso / Georg Simmel

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El problema religioso podría crear ciertas incomodidades.
Los temas que los distintos ensayos abordan tienen poco que decir sobre los grandes ítems de la agenda académica. Sin embargo, es un libro que no dejará de despertar en sus lectores, sean o no carnívoros académicos, inquietudes que se conectan directamente con la vida práctica: la fe, la muerte, la vida, la existencia, el tiempo, la finitud, la inmortalidad. Una forma de abordar estos temas es la que practican "el hombre promedio" y "el filósofo de la religión"; otra, muy distinta, la que hacen carne "el individuo" o "el hombre religioso". En aquellos el contenido de la fe -la religión-, se ha escindido de la vida: necesitan del objeto trascendente que confirme su creencia.
En estos, la religión y la vida, como si dijéramos la fe y la existencia, se unen en una "tonalidad fundamental y originaria de todas las armonías y disonancias": en el modo de ser religioso sujeto y objeto conforman una unidad inescindible, no analizable. Ambas formas de comportarse ordenan dos mundos de la vida distintos.

 

Georg Simmel nació en Berlín en 1858 y murió en Estrasburgo, Francia, en 1918. Filósofo y sociólogo alemán, fue representante del neokantismo relativista y enseñó filosofía en las universidades de Berlín (1885-1914) y Estrasburgo (1914-1918). Quiso resolver las contradicciones a las que conducía el formalismo del “a priori” kantiano. También se empleó en deducir tipos morales (“Introducción a la ciencia de la moral”, 1892) y clasificar los sentimientos y las ideas que determinan la reconstrucción histórica (“Problemas de la filosofía de la historia”, 1892). Por otra parte, contribuyó decisivamente a la consolidación de la sociología como ciencia en Alemania (“Sociología”, 1908) y trazó las líneas maestras de una metodología sociológica, aislando las formas generales y recurrentes de la interacción social a escala política, económica y estética. Prestó especial atención al problema de la autoridad y la obediencia en su “Filosofía del dinero” (1900) y diagnosticó la especialización y despersonalización de las relaciones sociales en el contexto de una economía monetarista.