Marcha por la educación pública: Universidad, peronismo y disctadura / La Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires: La reforma universitaria de la izquierda peronista 1973-1974.

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23 de abril: Marcha Nacional Educativa

¡Por una Universidad pública gratuita y de calidad siempre!

Este martes, sabrá el lector, una multitud de universidades, en su inmensa mayoría pero no exclusivamente públicas, llama a una marcha por el financiamiento de la universidad pública que nos invita a revisar su historia al menos de un momento y una institución particular, en pos de comprender cuánto de nuevo hay en las experiencias que hoy le toca vivir al estudiantado y cuánto podemos aprender del pasado cercano.

Laura Graciela Rodriguez publicó en 2015 el título Universidad, peronismo y dictadura 1973-1983, que con una historización del período indicado en el título nos presenta las rupturas y continuidades entre los gobiernos peronistas enmarcados en el breve período desde el término de la proscripción hasta el golpe del 24 de marzo, y en relación a los gobiernos de facto, cuidando de no homogeneizar estos dos grandes bloques como si tuvieran una política unificada en el período demarcado por cada uno de ellos. Tal discontinuidad es notoria al interior del gobierno peronista, más aún una vez que Isabel asume tras la muerte de Perón y le pide la renuncia al ministro Taiana.

La organización encabezada en aquel entonces por José Pablo Ventura, que junto con sectores de la Franja Morada y la MOR conformaban la Federación Universitaria para la Liberación Nacional de Buenos Aires, acompañó en líneas generales la gestión de Taiana, que con el nombramiento de Puiggrós como rector de la Universidad de Buenos Aires se convertiría en el gestor del proyecto de una Universidad Nacional y Popular. Para estudiar la gestión -unos breves cuatro meses cuyo carácter refundacional se acoplaron y aún resuenan en nuestra Historia- del historiador y periodista Sergio Friedemann escribió La Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires: La reforma universitaria de la izquierda peronista 1973-1974. Este libro, a diferencia del de Laura Rodriguez, no extiende el análisis hacia las acciones sobre la universidad realizadas una vez depuesto el proyecto que comenzó cuando Cámpora designó como ministro de educación a Taiana. Pero al abocar toda su atención al breve período en el que se soñaba con la Universidad Nac & Pop, puede enfatizar en preguntas que es fructífero no desatender: ¿Por qué Puiggrós fue designado interventor de la Universidad de Buenos Aires?

Friedemann señala algunos hechos del contexto que lo habrán convertido en un buen candidato; su afinidad al peronismo de izquierda, que ocupó un lugar privilegiado en ámbitos educativos con la asunción de Cámpora; la condición de formador de la generación juvenil de los sesenta, que le brindaba un apoyo masivo por parte de un estudiantado que, según destacaba el propio Puiggrós, por primera vez -al menos desde 1930- se alineaba al movimiento Nacional y Popular; y también estaba el hecho de que su relación personal con Perón estaba por entonces en su mejor momento.

Esta está extensamente documentada en la correspondencia que mantuvieron mientras el General estaba en el exilio. Friedemann cita varias de cartas, para mostrar cómo el futuro interventor le comunicaba al conductor del movimiento acerca de la nacionalización y peronización de los estudiantes.

Otro momento del capítulo que el libro reserva a la intervención de Puiggrós es el de su asunción: la presencia de organizaciones, docentes, no docentes y estudiantiles, con un lugar reconocido por las autoridades; la identificación discursiva de estas organizaciones con el pueblo, fundamental para postular la idea de una Universidad del Pueblo; el carácter fundacional del discurso; las expectativas en torno a una ley universitaria; y el reconocimiento de sectores llamados ‘’continuistas’’.

Sería imposible agotar las historias, tanto de refundación como de lucha, que atañen a la historia de la universidad pública argentina, en la extensión que corresponde a un mail. Hay historias que merecen ser leídas con toda la complejidad que hace al asunto; y tanto Universidad, peronismo y dictadura como La Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires: La reforma universitaria de la izquierda peronista 1973-1974 nos cuentan algunas de ellas. Leerlas, en el contexto de ataque deliberado que sufre hoy la universidad pública, es una necesidad para reinterpretar las luchas que hicieron a las conquistas, tanto para poner en perspectiva la contingencia de todo aquello que hoy podemos asumir ya dado, como para comprender los elementos que hicieron a nuestras universidades tener los derechos y obligaciones que hoy quieren arrebatarles.

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Jean-Luc Godard + Truffaut / Festival de Cannes 1968

Festival de Cannes de 1968. Mientras las calles de París ardían, las protestas empezaban a llegar a los círculos internos del Festival. Cannes hasta entonces era un símbolo de poder y cultura del gobierno francés de Charles de Gaulle que permitía cierta libertad al certamen. Lo que no contaban era con una generación de autores aguerridos en lo ideológico que se postularon con los ideales revolucionarios de los jóvenes que estaban tomando las calles. Liderados por los cineastas de la Nouvelle Vague como Godard, Truffaut o Malle pidieron la suspensión del Festival. Ante la negativa del gobierno francés por detener la muestra, se empezaron a organizar para desarmarla desde dentro. Truffaut y Godard realizan una intervención para suspender el festival, manifestando su apoyo al movimiento obrero y estudiantil francés de mayo del 68’.

Truffaut dice: “A cada hora nos enteramos que las fábricas están siendo ocupadas, cerrándose, los trenes parando, y próximamentes los subtes y los colectivos. Entonces, si permitimos que el Festival de Cannes continúe sería ridículo. Todo lo que es digno o importante está paralizado en Francia. Propongo que paremos Cannes para reunir a los Estados Generales del cine francés. Quiero que el festival se cancele.”

Godard agrega: “Nuestros camaradas estudiantes nos mostraron el ejemplo partiéndose la cara hace una semana. No se trata de continuar o no continuar viendo películas. Por el momento es evidente que debemos ver y proyectar la mayor cantidad de películas posibles. Ese es nuestro objetivo. Hoy o mañana no se trata de eso: se trata de manifestar, con un retraso de una semana y media, la solidaridad del cine con el movimiento estudiantil y obrero que recorre Francia. Yo les hablo de solidaridad con los estudiantes y los trabajadores y ustedes me hablan de travelling y planos generales.”