ENFERMEDADES CRONICAS DE LA DEMOCRACIA, LAS / WORMS FREDERIC

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Algunos piensan que la democracia está “terminada” porque ella ha triunfado definitivamente. Por lo menos en apariencia, aunque eso no es apariencia, porque esta posición anima combates a veces dudosos. Y otros piensan que la democracia esta “terminada” porque ella perdió, porque ella (o su ilusión) ha desaparecido, porque está muerta y bien enterrada, también definitivamente. Lo que se sostiene aquí, y justamente por más de una razón en los dos sentidos, es que la democracia no está terminada. Y no lo está, en principio porque ella no está acabada (en ninguna parte), y por lo tanto no está realizada. No sólo porque no es perfecta en ninguna parte, sino que no existe y jamás ha existido, en un lado como en otro, bajo una forma definitiva y como identidad.